La primera denuncia fue realizada en Enero del año pasado, por notas y cartas enviadas a la jugadora del seleccionado argentino. Se dictó una perimetral, que el acosador violó impunemente.
Desde comienzos de 2020, Agustina Albertario, integrante de la Selección Argentina de Hockey “Las Leonas”, viene sufriendo acoso sexual a través de las redes sociales y en forma personal, de parte de un hombre domiciliado en la ciudad de Mar del Plata. A las notas enviadas con su nombre, el acosador agregó ahora videos en los que se muestra semidesnudo y amenaza a su víctima por haberlo denunciado en 2020. La Justicia marplatense había dispuesto una orden de restricción de acercamiento presencial o virtual, que fue desoída por el individuo, cuya detención urgente se pide ahora “para evitar cualquier hecho grave”.
La situación se complicó porque Albertario, junto con las demás integrantes del equipo, se encuentra en Mar del Plata participando de actividades deportivas. El pedido de detención se fundamenta en el hecho concreto de las amenazas y en el incumplimiento de la restricción, omisión que es sancionada incluso con arresto de 15 días a un año para el infractor.
El abogado Carlos Gustavo Frasquet le confirmó a Página/12 que amplió una denuncia por el acoso que viene sufriendo Agustina Albertario, de parte de Juan Mariano García Sarmiento. En la denuncia, a la que tuvo acceso este diario, recuerda que las primeras presentaciones se hicieron en relación con hechos ocurridos en enero de 2020, en el Hotel Hermitage de Mar del Plata, donde se encontraba alojada la víctima, junto con el plantel de la Selección Femenina de Hockey.
En esa ocasión, se dio intervención al fiscal Fernando Daniel Castro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Mar del Plata y se pidió asistencia a la policía provincial. Se pidieron en ese momento “medida de restricción de acercamiento y de todo tipo de contacto electrónico” contra el acosador García Sarmiento. También se solicitaron medidas urgentes “en resguardo de la integridad física y psíquica” de la víctima, al igual que de las demás integrantes del plantel.
El acoso se produjo cuando el imputado se presentó en la recepción del Hotel Hermitage, donde escribió una nota dirigida a Albertario: “Hola cachorra. Beso grande. Cuidate! Love U”, con la firma del autor. La nota, de la que se adjuntó copia, estaba dirigida en forma personal a Agustina Albertario, “víctima principal del acoso perpetrado” , que en estos días volvió a repetirse, en una forma mucho más agresiva y sistemática.
En la denuncia presentada ahora se subrayó que la situación planteada en esa primera oportunidad “provocó gran preocupación entre las integrantes del equipo y también del cuerpo técnico y de los miembros de la Confederación Argentina de Hockey”. Había quedado en claro la existencia de “una evidente obsesión del imputado” que “hacía temer por cualquier acto contra la integridad sexual de las jugadoras del equipo y/o contra su integridad física”.
Se solicitaron medidas de restricción contra el acosador “para evitar cualquier hecho grave”. Se adjuntaron copias a la fiscalía que incluían capturas de pantalla de publicaciones en Facebook, donde García Sarmiento hacía referencia reiterada a la frase “potus y yo”, dándose a entender que se refería “a su órgano sexual”, del cual “ya había enviado fotografías”. En esa oportunidad intervino la policía y la Justicia marplatense dispuso la restricción de acercamiento a la víctima.
Tras recordar ese antecedente de 2020, el abogado Frasquet denunció que ahora “el imputado envió videos” a Agustina Albertario en los que “nuevamente realiza actos de acoso” mediante “monólogos” e imágenes en las cuales “se lo observa acostado, con el torso desnudo y haciendo alusión a una relación personal inexistente, lo cual puede ser fruto de una situación de delirio o consecuencia de una obsesión”, por la reiteración de hechos que comenzaron en enero de 2020.
En los videos adjuntados en la nueva denuncia contra García Sarmiento, “le reprocha a Agustina Albertario haberlo denunciado” en la ocasión anterior. En esta nueva ocasión, el imputado “le refiere claramente (a la víctima) que no lo vuelva a denunciar para no empeorar las cosas, quedando en evidencia que su conducta queda comprendida en la figura del artículo 149 bis del Código Penal”, que sanciona a quien “hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.
Fuente: Página 12